ORACIÓN PARA VENCER LA TRISTEZA Y LA DEPRESIÓN
Señor Jesús, la desesperanza, la tristeza, la depresión, la apatía y el desencanto, me abruman y me doblegan .
Se que tu lo puedes todo por ello “Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el Señor: Que lo oigan los humildes y se alegren.
Glorifiquen conmigo al Señor, Alabemos su Nombre todos juntos. Busqué al Señor:
El me respondió y me libró de todos mis temores.
Miren hacia él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor: El lo escuchó y lo salvó de sus angustias.
El Ángel del Señor acampa en torno de sus fieles, y los libra. ¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!
¡Felices los que en él se refugian!”.
“Te creo Señor mío, y por eso yo espero en ti, Señor:
Tú me responderás, Señor, Dios mío, Porque estoy a punto de caer y la tristeza, la depresión y el desgano no se apartan de mí:
Y estoy lleno de pesar por mis complejos de culpa,
por los engaños que he cometido, ▪por mis inmoralidades,
por mi falta de solidaridad con el prójimo
y por mis pecados.
Pero tú, Señor, no me abandonarás.
Dios mío, no te quedes lejos de mí;
¡Apresúrate a venir en mi ayuda, mi Señor, mi salvador.
Amen (Fragmentos del Salmo 34).
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)
Cuando se lleva una vida apartada de los caminos de Dios y su palabra, lo mas probable es que en alguna etapa de nuestro vida suframos inconvenientes y nos toque experimentar situaciones, hechos o circunstancias que afectan nuestra familia, salud, situación económica, aspectos emocionales, mentales y/o espirituales.
Dentro de esas tragedias humanas, la depresión es típica de los que no asumen su compromiso con Dios y con la sociedad. Generalmente afecta a quienes se aferran a la materialidad del mundo y olvidan que la presencia de Dios siempre está con nosotros y que no importa ni cantidad ni la naturaleza de nuestros errores ,acciones ,acciones u misiones dañinas, pues la misericordia y la piedad de Dios los perdonará.
Dios no quiere que ninguna alma se pierda por sus pecados, Jesucristo pagó con su sangre todas nuestras deudas.
Debemos reconciliarnos con Dios, arrepentirnos y no volver a pecar.
Gracias señor Jesús, tu palabra tiene poder,
Tu nombre tiene poder, mi liberación ha llegado,
siento tu santa presencia en mi espíritu,
siento tu santa presencia
en mi mente siento tu santa presencia en mi cuerpo, tus efluvios celestiales visten todo mi ser,
que bien me siento.
Alabado y bendito seas por siempre hijo de Dios.
Ánimo, gozo, alegría.
Amén.