LA LEYENDA DEL CUARTO REY MAGO Reflexiones de vida
En el mes de enero, todos los pequeños del mundo esperan con ansiedad la llegada de los reyes magos. Melchor, Gaspar, y Baltasar con su cargamento de ilusiones y juguetes.
En las sagradas escrituras, nos mencionan que estos reyes llegaron cargados con oro, incienso y mirra, para el niño que había nacido, el niño Jesús.
Pero pocos saben la verdadera historia, que en realidad eran cuatro los reyes magos que debían llegar a belén pero, ¿Pero qué paso con el cuarto rey mago?.
Hay una leyenda que, sin ser parte de la Revelación, nos enseña lo que Dios espera de nosotros:
Se cuenta que había un cuarto Rey Mago( ARTABÁN), que también vio brillar la estrella sobre Belén y decidió seguirla.
Como regalo pensaba ofrecerle al Niño un cofre lleno de perlas preciosas. Sin embargo, en su camino se fue encontrando con diversas personitas que iban solicitando de su ayuda.
Este Rey Mago las atendía con alegría y diligencia, e iba dejándoles una perla a cada uno.
Pero eso fue retrasando su llegada y vaciando su cofre.
Encontró muchos pobres, enfermos, encarcelados y miserables y no podía dejarlos desatendidos.
Se quedaba con ellos el tiempo necesario para aliviarles sus penas y luego procedía su marcha, que nuevamente era interrumpida por otro desvalido.
Sucedió que cuando por fin llegó a Belén, ya no estaban los otros Magos y el Niño había huido con sus padres hacia Egipto, pues el Rey Herodes quería matarlo.
El Rey Mago siguió buscándolo, ya sin la estrella que antes lo guiaba.
Buscó y buscó y buscó… y dicen que estuvo más de treinta años recorriendo la tierra, buscando al Niño y ayudando a los necesitados.
Hasta que un día llegó a Jerusalén justo en el momento que la multitud enfurecida pedía la muerte de un pobre hombre.
Mirándolo, reconoció en sus ojos algo familiar.
Entre el dolor, la sangre y el sufrimiento, podía ver en sus ojos el brillo de la estrella.
Aquel miserable que estaba siendo ajusticiado era el Niño que por tanto tiempo había buscado!!
La tristeza llenó su corazón, ya viejo y cansado por el tiempo.
Aunque aún guardaba una perla en su bolsa, ya era demasiado tarde para ofrecérsela al Niño que ahora, convertido en hombre, colgaba de una Cruz.
Había fallado en su misión…
Y sin tener a dónde más ir, se quedó en Jerusalén para esperar que llegara su muerte.
Apenas habían pasado tres días cuando una luz aún más brillante que la de la estrella, llenó su habitación. ¡Era el Resucitado que venía a su encuentro!
El Rey Mago, cayendo de rodillas ante Él, tomó la perla que le quedaba y extendió su mano mientras hacía una reverencia.
Jesús le tomó tiernamente y le dijo:
“Tú no fracasaste.
Al contrario, me encontraste durante toda tu vida.
Yo estaba desnudo, y me vestiste.
Yo tuve hambre y me diste de comer.
Tuve sed y me diste de beber.
Estuve preso, y me visitaste.
Pues yo estaba en todos los pobres que atendiste en tu camino.
¡Muchas gracias por tantos regalos de amor, ahora estarás conmigo para siempre, pues el Cielo es tu recompensa!
No sabemos a ciencia cierta, si esto pudo ser cierto o no, pero lo que si que sabemos, es que esta es una bonita historia cargada de buena fe y amor al prójimo, quizás esta historia no sólo sea una historia, a ti que te parece?.
Mabel Sueros
Me parece una bonita historia llena de esperanza y compromiso , porque pienso que cada uno de.n nosotros deberíamos tener.el.ccorazón del.cuarto rey