Al día siguiente de mi suicidio Reflexiones de vida
Al día siguiente de mi suicidio, me enamoré de mi madre cuando la vi llorar en el suelo de mi habitación, abrazando mi camiseta con mis fotos esparcidas a su alrededor, vi tanto amor en sus ojos que pude extrañarla y sentir su dolor.
El día después de mi suicidio, sentí cuánto me amaba mi padre, sin importar lo duro que fuera,
en medio de tanta tristeza, me habló con los ojos llenos de lágrimas lo orgulloso que estaba de mí y lo sensible que yo era con los demás.
El día después de mi suicidio, vi que Lana mi perrita mascota era más increíble de lo que podía haber imaginado. Cada vez que alguien llegaba a casa, ella corría hacia la puerta esperándome y, al ver que no era yo, se acostaba frente a la puerta y seguía esperándome.
El día después de mi suicidio, me destruí por mis hermanos cuando los vi sentados en la habitación con los ojos llenos de lágrimas, recordaron los tiempos en que jugamos en nuestra hermosa infancia, fueron momentos increíbles, donde lo único que dolía era una rodilla raspada.
El día después de mi suicidio, sentí cuánto me amaba mi mejor amiga. Ella estaba mirando nuestras fotos juntas y recordando todos los momentos que habíamos vivido, incluso nuestra primera tusa.
El día después de mi suicidio, sentí que era importante para mis maestros. Se culpaban tanto por no haberse dado cuenta y no haberme escuchado antes, aun cuando en silencio me aislaba.
Por la noche, fui a la morgue a buscar mi cuerpo. Me miré con dolor y dije: “Tantos sueños que tuvimos”, “Tantos amores”, “Tanta gente por conocer”, “Tenías gente que te quería y, sin embargo, no lo viste antes”, “Tienes que tener mucho coraje para quitarte la vida, pero ¿por qué no usar ese coraje para ganar? ”
Gracias al cielo, eso fue solo una visión.
Para ti que puedes leer esto. Todavía estás aquí y puedes cambiar tu vida para siempre.
No es tan malo como parece. Hay gente que te quiere, que te quiere cerca. Dale una oportunidad más a la vida y a las personas que están a tu lado. Hay una cura para el dolor, ábrete a alguien. Has superado tantas cosas, prueba una más.
Yo te quiero, te apoyo y te escucho, ven, estas a tiempo. Hablemos un rato. ¡Eres increíble!
Wender Oliveira